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Alertan por el caos institucional de la UNaF


Nuevamente la UNaF atraviesa una situación crítica a raíz del déficit presupuestario acompañado por la inflación, esto se repite a lo largo y ancho del país.

La crisis que enfrentamos, como miembros de la sociedad, no es un mero inconveniente pasajero, sino una amenaza seria para el funcionamiento y la calidad de la educación superior en nuestro país. En un contexto de ajuste y recortes presupuestarios, las universidades públicas se encuentran al borde del colapso y peligra su continuidad.

El Consejo Interuniversitario Nacional ha advertido sobre el delicado escenario y la necesidad urgente de incrementar los gastos de funcionamiento, actualizar los salarios del personal docente y no docente, y garantizar el curso de los programas de inversión en infraestructura y becas. Sin embargo, lo que resulta aún más alarmante es la falta de acción por parte de las autoridades universitarias en Formosa, especialmente del rector de la UNaF Augusto Parmetler, quien, en lugar de velar por el bienestar de la institución y sus estudiantes, parece estar más preocupado por su propio bienestar y el de sus allegados.

Para peor, la sombría situación no se limita a la falta de fondos y la inacción de las autoridades que transita la UNaF. Recientemente ha salido a la luz un decreto que plantea un panorama aún más preocupante para el futuro de nuestras universidades. Este decreto, emanado del Poder Ejecutivo Nacional, establece un proceso de revisión de la creación e inicio de actividades académicas de las nuevas instituciones universitarias nacionales, creadas por diversas leyes recientes.

La revisión tiene como objetivo determinar si el proceso para la creación y funcionamiento de estas instituciones se llevó a cabo “de manera adecuada” y si se cuenta con los recursos presupuestarios necesarios. Esto sugiere que incluso las universidades recién creadas podrían enfrentar obstáculos significativos en su desarrollo, lo que pone en duda la estabilidad y la continuidad de la educación superior en nuestro país.

La situación en la UNaF es desoladora: falta de acceso a internet, más empleados que estudiantes, una tasa de inscripción en declive de los miles que se inscribian años anteriores, este año no llegaron a los 500,  condiciones de infraestructura deplorables, como baños en mal estado.

Es indignante ver cómo las prioridades del rector, están completamente fuera de lugar en un momento tan crítico para la educación en nuestro país. Mientras las universidades luchan por sobrevivir, él está ocupándose de salvaguardar sus intereses.

 Es hora de exigir una transformación. Es hora de que las autoridades universitarias asuman su responsabilidad y trabajen activamente para garantizar el acceso igualitario a la enseñanza superior y la calidad de la enseñanza en nuestras universidades públicas. 

No podemos permitir que intereses personales y políticos pongan en peligro el futuro de nuestra educación.