Ultimas Noticias

Los que velan por la salud y la vida de los formoseños

Por Justo L. Urbieta

Pedrito Canesin 




Juan Carlos Candia 

Hoy 3 de diciembre se celebra el Día del Médico,  fecha que fuese propuesta en 1953 por la Confederación Panamericana de Dallas, Texas, en coincidencia con la del  nacimiento del científico cubano Carlos Finlay quien  descubriese el agente transmisor de la fiebre amarilla.

Casualmente, la recordación acontece en plena pandemia causada por el Covid 19 que ha causado miles de muertos en el mundo, en el continente, en el país y también aquí en Formosa donde , hasta ahora, se ha debido lamentar un deceso.

Gracias a Dios y a los equipos de seguridad que recibieron desde el mismo inicio de la pandemia, no hubo que lamentar víctimas entre los médicos de la provincia, aunque se trate de algo que lamentablemente ocurrió en otros lugares del país.

Por lo tanto, es una jornada ideal para saludar afectuosamente a los profesionales de la medicina y agradecerles por lo que a diario realizan para la preservación de la salud y la vida de los 640.000 formoseños.

Si hay algo ponderable que tiene que ver con la gestión de los médicos es el fortalecimiento del sistema de salud ya que hasta no hace muchos años era conocido el concepto de que “ el mejor médico es Aerolíneas Argentinas”, que significaba que había que emigrar a Buenos Aires para buscar remedio a los padecimientos complejos en la salud de los habitantes.

Con anterioridad, el primer paso en la búsqueda de una atención solvente en materia sanitaria era la ciudad capital donde la Asistencia Pública( actual Hospital Central), la Maternidad, el Sanatorio Pasteur y la Clínica Mayo eran las principales oferentes en materia de salud para los habitantes del interior.

Quien redacta estas líneas fue concebido en Comandante Fontana pero su madre lo dio a luz en esta capital, en el Pasteur, acompañada por el doctor Luis Gutnisky quien fuese más tarde gobernador de la provincia.

Para ser justo, en Fontana los doctores Montag y Romano asistieron al recién nacido en su evolución hasta que el posterior traslado a Formosa esa responsabilidad quedó en manos del doctor Karanowicksz quien tenía el consultorio en la avenida 25 de Mayo entre Padre Patiño y Dean Funes.

Es probable que los que sufrieron algún dolor estén unidos por el mismo itinerario que conducía al médico así como al reconocimiento que esos profesionales eran y son merecedores – salvo raras excepciones- de respeto, admiración y necesidad del doctor de la familia.

Y con el paso de los años, esa relación médico-paciente fue generando anécdotas referidas las diferentes situaciones vividas y a partir de las cuales resultan inolvidables los gestos y la entrega solidaria de los profesionales entre los que se puede mencionar al doctor Ricardo Cosentino y a Pablo Caulier, magníficos cirujanos.

Ambos fueron también mentores de las nuevas generaciones de médicos entre los que sobresalieron el profesor doctor Juan Carlos  Candia, Rubén Rodríguez y Gustavo Fernández Patri.

Previamente, fueron destacados los doctores Arístides Paulina y Luis M. Codda que vivían sobre la Irigoyen,entre Mitre y Padre Patiño.

En lo personal, pondero el gesto un médico joven que había hecho su residencia en el Hospital Español y que comenzaba a destacarse y al que debí apelar por consejo del doctor espindola: Pedro Canesín.

Casualmente fue mi amigo desde la relación que recreamos en el viejo Colegio Nacional de la 25 de Mayo casi San Marín y hasta el presente sigue siendo mi médico de cabecera siendo merecedor de mi gratitud y reconocimiento pleno y el de mi familia.

En aquella ocasión, junto con Carlos Candia, se había encargado de la salud de mi padre.

Otros que han quedado grabados en el corazón de la gente agradecida son el “Negro” José Trinidad Escobar –quien ya se nos fue- los entrañables Andino Aveiro y Juan A. Arauz , protagonistas del cuidado de las madres y los  recién nacidos.

Tambien son parte de esta historia de la medicina en Formosa Eduardo González Lelong y Laureano Maradona así como también seres humanos generosos como Patricio Kelly, Bruno Ruffino, Eduardo Macedo, los hermanos Palma  y los esposos Popovich.

Ya más cercanos en el tiempo están quienes reconocen a los doctores Luis Cáceres, Joaquín Reynaldo Toledo, Walter Wirtz, Antonio Ferreira, José Luis Décima, Claudio y Agustin Samaniego, José Torres García, Celedonio Martínez, Alfredo Romano, Nicolás Urday, Arcenio Barbieri, Aníbal Gómez, Edgar Crocci, Luis Kayser, los hermanos Cambra, Ramiro Millán y Víctor Francisco Laprovitta, entre otros.

De allí que en esta jornada , es casi una obligación recordarlos junto con otros a los que también se les  guarda gratitud aunque la memoria se plantea frágil para la evocación.

En los pueblos del interior, los médicos son verdaderos dioses y la gente humilde que no tiene dinero, los recompensa con algún ave de corral, un chivito o verduras y hortalizas de sus granjas.

No todos están iluminados como para sensibilizarse ante cada caso que enfrentan, pero la mayoría , por lo menos en Formosa, sabe que se los necesita.

Una profesión noble que ha dejado tantos apellidos ilustres entre los que están Aquino, Kaller,Malamoud, Valiente, Díaz Roig y tantos otros que han quedado grabados en el alma de los formoseños.