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Medio siglo de vida de la escuela agro-técnica de Laguna Blanca

En Laguna Blanca los pobladores evocan en estas jornadas los 50 años de la creación de la primera escuela secundaria de la localidad que se concretó por la gestión decidida de una comisión creada en octubre de 1965 a instancias del por entonces intendente municipal, Rubén Salaberry Ramos.

Dicho establecimiento se convirtió con el tiempo en la Escuela Agrotécnica “Combate de San Lorenzo” y en sus amplias instalaciones funcionan también en la actualidad el Instituto Universitario Formoseño, creado a instancias del gobernador Gildo Insfrán, nacido en Laguna Blanca y la extensión universitaria de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Formosa.

Mixdonio Portillo, quien fuera secretario de la Comisión Pro Colegio Secundario recordó aspectos de las gestiones intensas que se realizaron y las distintas etapas en las que transcurrió la diligencia que culminó el 18 de abril de 1966 cuando se inició la actividad del ciclo básico común en dependencias de la Municipalidad.

Fue tal el interés por ese acontecimiento y tanta la cantidad de alumnos matriculados que se debió crear una segunda división de primer año.

Cuenta Portillo que el profesor Justo Lindor Olivera asumió como director mientras que Margarita Medina, Rafael Rumich, Claudia Rivas, Nilda Cayetana Evalý, Olga Benítez de Arce y Nélida de Vergara fueron los profesores fundadores mientras que Gabino Ortiz se desempeñó como portero.

En 1967 el colegio se trasladó a un edificio alquilado que perteneció a Casa Zavala en un predio que actualmente es ocupado por la sucursal del Banco Formosa.

Portillo relata que al comenzar a funcionar tercer año en 1968, se comenzó el estudio de las materias que revelaban la orientación agropecuaria que desde el principio se aspiró dar al establecimiento.

“En ese entonces –apunta– la agricultura y la ganadería se explotaba en forma rudimentaria y nuestra idea era propiciar la formación profesional de técnicos agropecuarios que se proyectasen como agentes del cambio y avanzada del progreso en la región, con implementos modernos como el tractor y máquinas adecuadas que facilitaran el laboreo de la tierra, demostrando a los viejos productores las ventajas de los nuevos métodos de trabajo y producción”.

Esa iniciativa se concretó el 7 de marzo de 1969 con la creación de la Escuela Agrotécnica de Laguna Blanca y pese a las dificultades que se presentaban en el aspecto edilicio, humano y técnico a fines de 1971 egresó la primera promoción.

El paso siguiente consistió en la búsqueda de un predio donde se pudiesen construir las instalaciones adecuadas y el lugar elegido fue el de 900 hectáreas que habían pertenecido a la estancia del ganadero Francisco Bobadilla, ubicada 5 kilómetros al Oeste del pueblo de Laguna Blanca, sobre la ruta 86.

Lo cierto es que las obras comenzaron en 1972 y al año siguiente se concretó el traslado definitivo de alumnos y profesores al nuevo emplazamiento, habiéndose dotado de un colectivo para que todos ellos pudieran concurrir a clases.

Recuerda Mixdonio Portillo que en 1978, con motivo de conmemorarse el segundo centenario del nacimiento del General José de San Martín, se decidió dar al colegio el nombre de Combate de San Lorenzo.

Opina que entre los primeros egresados de aquel ciclo básico común se destacan quienes dejaron su impronta en el progreso general de esa región, señalando que muchos de ellos se distinguieron en importantes cargos en la función pública en competencias menores para la que fueron formados y, en algunos casos, ajenos a la actividad agropecuaria.

“Pero sí podemos afirmar –subraya– que por sus aulas pasaron personas que son ejemplo para las generaciones del porvenir”.

Acota, luego, que con la creación de la modalidad de maestro de huerta numerosos jóvenes de ambos sexos lograron trabajo seguro a lo largo y ancho de la provincia “y honraron el prestigio de nuestro colegio”.

Portillo recuerda que la comisión pro colegio secundario estaba presidida por el cura párroco del pueblo, padre Sixto Gil Vielma y fue integrada por el propio intendente Salaberry Ramos, Julio Escalante, Federico Baldús, Fulvio Ferrario, Miguel Guiraudo y el doctor Miguel Ortiz, entre otros.

En su relato histórico en vísperas de las Bodas de Oro de la escuela, Portillo también mencionó la entrevista que mantuvieron con el entonces gobernador Alberto Montoya y sus ministros y el aporte del profesor Urbano Vega para la provisión de los primeros materiales y su gestión personal con el viaje realizado a Catamarca para generar interés entre profesores de esa provincia para que se trasladen a Formosa, logrando que llegasen, entre ellos, Justo Olivera para Laguna Blanca y José Zacarías Baigorrí para Estanislao del Campo.



Orientación en lo productivo



Un aspecto destacado tiene que ver con la importancia de la orientación que se brinda en este establecimiento enclavado en una zona eminentemente paipera, “donde PAIPA , es el objetivo y el objeto de estudio a conocer para encaminar los proyectos pedagógicos”.

Es que en este colegio “se prepara a los hijos de los paiperos para que egresen con los conocimientos necesarios para mejorar su vida y la de sus familias, además de la posibilidad de continuar sus estudios en el Instituto Universitario de Formosa por la proximidad física y sus ofertas académicas”.

Todo ello en el entendimiento de que “el estado debe brindar las condiciones para que las personas ejerzan, entre otros, el derecho a la educación, garantizando puestos de trabajo, equipamientos y obras de infraestructura”, recalcándose que “el modelo formoseño tiene una base importante en la educación, "para transformar hay que educar, conocer y desarrollar capacidades, luego de comprender y estudiar la realidad”.