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Agradecimiento de la Familia Zorilla




A personas como ALBERTO MARCELO ZORRILLA no se las despide sino que se las lleva en el alma iluminándonos. Sus familiares, esposa, hijas, nietos y yernos agradecen profundamente las innumerables condolencias y atenciones recibidas. En especial al pueblo formoseño que expresó con espontaneidad su gran cariño y reconocimiento a la figura del Dr. Zorrilla.

Al gobierno de la Provincia de Formosa por facilitar cuanto fue necesario para la mejor atención en el transcurso de su enfermedad y en especial, por ser el espacio de militancia donde Alberto pudo ejercer su pasión por la política, tal como él la entendía, trabajando incansablemente por mejorar la calidad de vida de cada formoseña y formoseño y por el bien común a todos. A los profesionales de la salud del Hospital de Alta Complejidad de Formosa y del Instituto Alexander Fleming de Buenos Aires, por su calidad profesional y calidez en la atención que le brindaron. Al personal de Casa de Formosa, en particular a su Director Dr Lito Cambra y a Daniel Villalba por su diario y afectuoso acompañamiento. A los sacerdotes y laicos de la Iglesia católica que lo han acompañado con oraciones y misas siendo su sostén espiritual.

Queremos por este medio acercarnos y agradecer a cada uno de sus compañeras y compañeros de trabajo que compartieron con nuestro amado Alberto M. Zorrilla sus largas y exigentes horas de trabajo desde su labor como médico; como Director del Hospital Central de Formosa; Ministro de Desarrollo Humano; Coordinador del Instituto PAIPPA; Ministro de la Comunidad; Ministro de Cultura y Educación , a quienes recordaba siempre con espíritu agradecido y gran aprecio, como así también, a los miembros del cuadro político Techos Azules. Gracias por esos largos y emotivos aplausos al paso de su féretro.

Asimismo agradecer al Ministro de Educación de la Nación Nicolas Trotta, funcionarios nacionales, y a los Ministros Provinciales del Consejo Federal de Educación por el sincero homenaje con el que lo despidieron a este luchador incansable por un mundo mejor. A los profesores y autoridades del Instituto Balseiro, Dr. Rolando Granada y Dr. Oscar Fernández, con quienes compartiera la pasión y entusiasmo en los proyectos sobre energía nuclear para optimizar la condición de vida del pueblo formoseño, algunos hoy en vías de concretarse. Al Instituto Independencia en cuyo seno debatían largamente las políticas adecuadas para ser aplicadas. A la Editorial Ciccus, que le dio la posibilidad de poner en palabras impresas sus ideas.

Al Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa del cual fue soldado dragoneante año 1968. Y a los compañeros de promoción 1969 de la Facultad de Medicina de Asunción Paraguay, quienes endulzaron sus últimos años con hermosos y alegres compartires.

A todos y a tantos, sin nombrar, que acompañaron a este hombre, formoseño él, bondadoso, íntegro, coherente, fiel, entregado hasta que su cuerpo, azotado por una larga enfermedad, se lo permitió. GRACIAS.