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Los que comparan los Centros de Alojamiento Preventivo con los Centros Clandestinos de Detención, hacen complicidad histórica con la dictadura militar de 1976


La dictadura cívico militar de 1976 instauró el terror para imponer un país para pocos, arrodillado ante los poderes facticos y subordinado a los intereses del capital financiero internacional.

Para ello, los militares y civiles que orquestaron la Dictadura utilizaron cientos de Centros Clandestinos de Detención donde decenas de miles de argentinas y argentinos fueron torturados, vejados y asesinados. 30.000 compatriotas que pasaron por ellos aún continúan desaparecidos. Se le suman miles de torturados que tuvieron la “suerte” de pasar a disposición del PEN, así como más de 500 bebes a quienes les robaron la libertad.

Durante los 7 años de esa sangrienta dictadura, jamás se publicó una sola lista de los detenidos y no fue hasta muchos años después, una vez consolidada la democracia, que las argentinas y argentinos supimos donde funcionaban los centros clandestinos de detención.

La dictadura cívico militar se instauró en 1976 para contrarrestar la voluntad objetiva del Pueblo que había rechazado en las urnas los intereses de las minorías que los militares representaron, a través de un programa económico que significó la restauración conservadora y el inicio de un programa neoliberal, que se instaló a punta de fusiles y encarnó la ruina del país.

Los principales desaparecidos: Obreros y jóvenes, símbolos de la lucha por un país mejor, más igualitario, mas justo, más federal, más democrático y más feliz.

Comparar los Centros de Alojamiento Preventivo, claves en la estrategia sanitaria que permitió evitar miles de contagios y salvar cientos de vidas en Formosa, con Centros Clandestinos de Detención donde se torturaron y asesinaron miles de compatriotas solo cabe en la cabeza de alguien lleno de odio, resentimiento, mezquindad, ignorancia y un profundo desprecio por la vida.

Hacerlo, constituye una canallada, que banaliza la tragedia nacional, socaba el dolor de los familiares de las victimas e intenta relativizar las terribles acciones del Golpe de Estado de 1976. En pocas palabras, dicha analogía busca también relativizar la brutalidad del Golpe y exculpar a los civiles que participaron de él ¿A quién puede caberle en la cabeza que entre 1976 y 1983 las y los argentinos podían expresarse y actuar con la libertad con la que se vive hoy? Si para muestra basta un botón, recomiendo que lean la carta abierta de Rodolfo Walsh en 1977, un dia antes de que los militares ejecutaran su secuestro y desaparición. 

En la dictadura de 1976, los únicos argentinos que vivieron en libertad y podían expresarse, eran los cómplices de ese genocidio nacional. Quienes hoy se expresan banalizando las atrocidades del régimen autoritario de 1976, hacen complicidad histórica 45 años después con la Junta Militar y los civiles que orquestaron, apoyaron y participaron de la dictadura.

A casi 45 años del Golpe Cívico Militar más sangriento de la historia nacional, hay personas que aún no entendieron el significado del Nunca Mas, de la democracia, de la voluntad popular y más importante aún, de la vida.

Adrián Muracciole

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