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“El dilema es de hierro, o Nación o factoría”

La realidad a las que nos vemos expuestos los argentinos, continúa mostrándonos que la degradación de las condiciones de vida de nuestro pueblo viene profundizándose en esta Supercrisis[i] promovida y alentada por los integrantes de esta casta oligárquica, parasitaria, especulativa y del riñón financiero internacional nucleada en Juntos por el Cambio.

En nuestra Patria tenemos sobradas muestras de la continuidad histórica entre los intereses de aquél sector que desde el Peronismo identificamos como Oligarquía y este Gobierno antinacional conducido por Mauricio Macri; que no sólo es Macri, con todo lo que ése apellido implica, sino que su madre, Alicia Blanco Villegas, de familia simbólica para la Sociedad Rural de la Provincia de Buenos Aires, le da la impronta de aquel sector de nuestra sociedad que históricamente se ha caracterizado por vivir de espaldas al pueblo y de cara al puerto, privilegiando sus intereses particulares por encima de los del conjunto de los argentinos, y que en reiteradas oportunidades, ha saboteado todo intento popular de conducir los destinos nacionales.

Macri le ha hecho doscientos mil millones de nudos más, uno por cada dólar, a la atadura al sistema de dominación que es la Deuda Externa. A su pertenencia de clase, que vela por la perpetuidad del modelo de producción primaria y agroexportador, le añadió el manejo institucional y lobbista que vinculó a la usura internacional con el Banco Central, con el Ministerio de Hacienda, con la Secretaría de Energía, con el sillón de Rivadavia.

Ha tomado decisiones que impactaron de lleno en la vida de los argentinos: triplicaron el precio de los alimentos, dolarizaron el precio de la energía y llevaron hasta el paroxismo los niveles del endeudamiento externo. Eso tuvo como consecuencia que la realidad se nos mostrara cruda y contraria a lo que aspiramos los argentinos: desocupación de dos dígitos, un tercio de nuestros compatriotas sumidos en la pobreza y en la indigencia, la destrucción de la base material de la nación, que es la suma de sus empresas más el trabajo asociado. A todas luces, el Gobierno de Macri ha sido un plan orquestado para castigar al pueblo argentino.

Su Santidad Francisco es tajante respecto a que en el mundo se desarrolla una Tercera Guerra Mundial, en cuotas y por partes, sí, pero guerra en la que la idea tradicional de confrontación belicista que teníamos hasta hace unas décadas, de supremacía en el campo del poderío militar, se ha traducido en batallas de índole económica, psicológica, tecnológica y política, en función del control de los recursos, con el objetivo ulterior de imponer qué pueblo trabaja y se desarrolla y cuál no.

Este experimento de la oligarquía argentina es parte de esa Tercera Guerra. Nos ha llevado al caos, a la anarquía y lo más peligroso, hacia las puertas de la disolución nacional. Debemos ser conscientes que, tal como lo plantea nuestra Conducción, el Dr. Gildo Insfrán, una de las condiciones fundamentales para que nos desarrollemos es la Paz Social. Si los argentinos nos vemos sometidos a no poder hacernos de un trabajo digno, que sustente a la familia, esta célula básica de la Comunidad se ve afectada y por ende, la Nación misma se enfrenta a severos riesgos. En esta coyuntura se define el destino nacional.

Ante este panorama, los argentinos y los formoseños, tenemos la experiencia histórica para hacer primar nuestros intereses: es imperioso volver a poner nuestros ojos sobre el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional. La capacidad de visualizar escenarios internacionales complejos que caracterizaba al General Perón, hizo de su último legado, la hoja de ruta para que los argentinos encontremos nuestro destino de grandeza entre el concierto de las naciones del mundo. Por eso Perón está en el futuro y nos espera. El Peronismo aún se levanta como una voz potente, quizá la única en el mundo que aún mantiene vigencia frente a la injusticia que sufren los pueblos. Una insubordinación a vivir oprimidos.

Decía que los formoseños también contamos con la experiencia histórica, porque el Modelo Formoseño es el mandato del que los formoseños nos hicimos eco, bajo la Conducción estratégica del Dr. Insfrán, de aquél llamado histórico que hiciera en vida el General Perón el 1° de mayo de 1974. Como fruto de nuestras aspiraciones, replicamos a escala provincial la construcción de un proyecto colectivo que hoy se erige como ejemplo a imitar a nivel nacional y como fuente de esperanza para una Argentina próspera. El Modelo Formoseño es faro en esta noche oscura de la Argentina.

Primero fue insubordinación ideológica frente al neoliberalismo globalizador de los años noventa. Ahora lo repite frente a este experimento oligárquico. El Modelo Formoseño para el Proyecto Provincial es fiel exponente de cómo se impone el interés popular, cuando su Gobierno planifica un Estado que antepone la dignidad de su Pueblo por sobre todo otro interés. Y ha demostrado que bajo la premisa de una administración ordenada (que le ha permitido contar con un superávit “crónico” sin recurrir al endeudamiento externo), se han llevado adelante realizaciones fundamentales: en materia educativa, sanitaria, de infraestructura para el desarrollo, diversificó los sistemas productivos y ha hecho de la defensa de los recursos naturales una bandera más, dotando de autoestima e integrando social y territorialmente al hombre formoseño.

Los argentinos no nos resignamos a un futuro colonial, sometidos a una existencia degradada y donde la realización de nuestra Comunidad esté digitada desde los centros del poder mundial. Debemos volver a tener en claro lo que Juan José Hernández Arregui afirmaba: que “(…) el dilema es de hierro: o Nación o factoría.”

[i] Supercrisis alude a la situación generada por el actual gobierno donde convergen los desequilibrios fiscales del ’89 que hicieron caer a Alfonsín, con los del sector externo de 2001, que hicieron caer a De La Rúa.

LUCAS RODRÍGUEZ
Candidato a diputado Nacional Frente de Todos