Formosa, un pueblo de fe y esperanza: Crecimiento espiritual y compromiso social

Al llegar al final de este año, en Formosa nos detenemos a reflexionar sobre lo que hemos vivido y aprendido como comunidad. En nuestra provincia, la fe y la solidaridad no solo son valores espirituales, sino que se reflejan en cada acción cotidiana. Este ha sido un año de desafíos, pero también de grandes logros, donde hemos visto cómo la fe se convierte en motor para la transformación social.

Las iglesias, los clubes, las escuelas y los centros comunitarios han sido espacios fundamentales para el fortalecimiento de la espiritualidad y la solidaridad. Cada uno de nosotros, a su manera, ha aportado a la construcción de una comunidad más unida y resiliente. A través de actividades sociales, educativas y de apoyo a los más necesitados, hemos visto el poder del trabajo en conjunto, donde la comunidad, el gobierno y la iglesia se han unido para enfrentar las dificultades.

La presencia activa del Estado ha sido un apoyo vital, complementando los esfuerzos de todos los sectores. Juntos, hemos podido ofrecer más recursos, atención y programas que han beneficiado a miles de familias, generando un impacto positivo en toda la provincia. Así, Formosa se ha reafirmado como un pueblo de fe, donde la esperanza y el compromiso social van de la mano.

Este es un buen momento para evaluar también nuestro propio crecimiento espiritual. ¿Cómo ha sido nuestro tiempo de oración, reflexión y servicio a los demás? Si bien todos hemos tenido áreas donde mejorar, la gracia de Dios siempre está presente para guiarnos y fortalecernos en el camino. Como dice Santiago 4:8: «Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes.»

El próximo año nos brinda una nueva oportunidad para seguir creciendo, tanto en lo espiritual como en lo social. Sigamos trabajando juntos, como comunidad, para seguir construyendo una Formosa más justa, solidaria y llena de esperanza. Como nos enseña Filipenses 3:13-14: «Olvidando lo que queda atrás, me esfuerzo por alcanzar lo que está adelante.»

Cerramos este año con gratitud, fe y esperanza, sabiendo que cada paso que damos hacia el bienestar común, con el respaldo de nuestra fe y el compromiso de todos, nos acerca a un futuro mejor.

Por Elio Albarenga.