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Ahora las muertes tendrán cara


La actitud de la oposición, festejando y vivando lo que con seguridad será un aumento exponencial de casos y muertes en Formosa supera incluso sus propios límites históricos de indignidad. No porque la Derecha nunca haya estado cercano a estas posiciones, sino porque jamás lo hizo de manera explícita.

Es verdad que habían participado de los Golpes de Estado del 30, del 55 y del 76. Del 30, porque Agustín Pedro Justo, protagonista del golpe a Yrigoyen fue Ministro de Guerra de Alvear. En 1.955 porque la participación de dirigentes de la UCR es innegable. Desde el bombardeo a la Plaza de Mayo con más de 300 muertos hasta el apoyo explícito al Golpe como parte de la unión democrática. En el Golpe Cívico Militar de 1976, nadie puede negar el apoyo de los sectores privilegiados y todos recordamos la foto de Oscar Aguad (a quien no por nada apodan “el milico”) junto a Luciano Benjamín Menéndez, el máximo genocida del interior del país.

Pero hasta hoy, la UCR al menos tenía el decoro de decirse democrática. Tenían la figura de Alfonsín, a quien despreciaron luego de 1.989 pero les servía como trofeo por ser “el Padre de la Democracia”. Rápido se olvidaron de él cuando les pidió que no se derechicen, cuando les dijo que Carrió era enemiga de la UCR o cuando dijo que Macri era el límite. Porque la UCR, desde el suicidio de Alem se dobla, pero no se parte; dice una cosa y hace otra; y siempre hace lo que los poderes económicos quieren.

Sin embargo, su incursión en el macrismo y la absorción que ha hecho Cambiemos de sus militantes, confirmó la teoría que sostiene que de la UCR, solo queda un sello y hoy parece más una ONG que un partido político popular con ideales. Y eso se nota.

En el último tiempo, han atacado a la provincia de Formosa, al gobierno provincial y al Dr. Gildo Insfrán con una virulencia inusitada, un nivel de odio que no se vio siquiera en 2001 y un desprecio por el voto popular como no se cuestionaba desde las vísperas del golpe de 1976. ¿Por qué? Por el “pecado” de tener la mejor estrategia sanitaria de la Argentina y por haber salvado cientos de vidas.

A tal punto ha llegado su ensañamiento que esta semana han festejado como si fuera una victoria lo que seguramente será el inicio de un aumento exponencial de casos y muertes en Formosa.

Hasta la semana pasada Formosa contaba con 28 muertos que nos dolían a todos. Muertos que todos identificamos, a quien se nombró en cada parte. Porque para nosotros, los muertos no pueden ser un número en una planilla de Excel. Para nosotros son hijos, padres, madres, abuelos o hermanas. Son familia, amigos, trabajadores. Son Formoseños.

El aumento de casos traerá más muertes y el radicalismo deberá hacerse cargo de su militancia a favor del contagio. Porque desde ahora, las muertes por coronavirus en Formosa tendrán cara. Sera la de los dirigentes que boicotearon las medidas sanitarias, la de los dirigentes que promovieron el aumento de casos. Será la de ellos y sus cómplices. Y el pueblo formoseño, nunca más olvidará eso.

Adrián Muracciole