Ultimas Noticias

Para progresar, debemos volvernos antifrágiles

Cuando buscamos avanzar en la vida, necesitamos exponernos a riesgos mayores, inevitablemente.

No sólo es deseable, sino que es hasta necesario atravesar por dificultades, porque de esta manera sabremos que nos estamos expandiendo. Así construimos nuestra “antifragilidad”, como lo llama Nassim Taleb.

Muchas personas buscan evitar el malestar que genera tener que atravesar por momentos de tensión, de dolor. Pero de esa manera impiden construir su antifragilidad. Ésta surge frente a la necesidad de progresar; por lo tanto, necesita de estresores, de situaciones que inspiren a darlo todo.

Los objetos inanimados en situaciones de estrés se desgastan de forma totalmente irreparable, pero los organismos vivos y los sistemas complejos, si superan un momento crítico, se vuelven más resistentes y mejoran de cara al futuro.

Quienes sólo se animan a dar pasos cortos y controlados, porque temen fracasar, evitan construir su antifragilidad. Esta falsa sensación de control puede generar enormes riesgos futuros, puesto que una situación exigente puede desmoronarlo todo.

Cuanto más expuestos estamos al fracaso, más cerca estamos de alcanzar el éxito. El problema es que muchas personas ven al fracaso simplemente como un fracaso, no como una oportunidad. Oportunidad para aprender, para crecer, para incorporar nuevas habilidades, para fortalecer nuestra mentalidad, para tonificar nuestro coraje.

El fracaso sólo es fracaso si no somos capaces de aprender nada de ello… si este nos sirve para aprender una lección, entonces es una experiencia que nos hace crecer y que nos puede apalancar para conseguir mejores resultados. De esta manera nos construimos nuestra antifragilidad.

Nunca dejes de soñar por miedo al fracaso, puesto que el verdadero fracaso es nunca haberlo intentado…

LIC. SANTIAGO BAZÁN