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Valiosos testimonios de una barriada que se fortaleció con los embates de la naturaleza

Los diferentes testimonios de los vecinos en general del barrio Bernardino Rivadavia, fueron comunes en cuanto a su decisión de no dejarse vencer por la adversidad, la vencieron con decisión y compromiso, y sobre todo porque “tenemos un gobernador como el doctor Gildo Insfran que nos escucho y cumplió con el sueño que todos deseábamos: Las defensas definitivas que nos dio tranquilidad y seguridad”.
Es que fue justamente ese sector de la ciudad uno de los que más padeció las diferentes inundaciones generadas por el rio Paraguay.

No en vano la vecina Gloria Godoy, que aludió a las 60 hectáreas del barrio y los 16 mil habitantes que allí habitan, comenzó historiando acerca del ingeniero azucarero que allí funcionara y que en el año 1905 comenzara el declive de esta industria fruto de las inundaciones. “Luego fue transformada en fábrica de tanino (primeramente llamada Compañía Argentina de Quebracho La Formosa) y desde 1950 en esa zona se comenzaron a instalar gran cantidad de ladrillerias y las primeras familias que se dedicaban a las huertas y a la pesca”, describió.
Expuso que” al estar el barrio ubicado en el valle de inundación del rio Paraguay, fue duramente castigado por la madre naturaleza en las décadas de los 60, 70 y 80, incluso en la del 90. Cientos de familias abandonaran sus hogares, sobre todo en los años 1982 y 1983 donde las aguas cubrieron totalmente el barrio”.
Pondero que “el sueño largamente anhelado llego con las barreras definitivas que los protegiera de las crecidas del rio”, destacando justamente que “con la decisión política de nuestro gobernador que siempre escucha a su pueblo, se erradico el miedo a perder todo. Es que el muro actual por su extensión de  20 kilómetros, construcción de suelo seleccionado y altura de 12 metros permite que planifiquemos con seguridad”.
El vecino Hermes Benítez destaco las virtudes de los habitantes del barrio, como su “valentía y solidaridad, la decisión de emprender acciones sin pensar en los condicionantes”, recordando a ilustres vecinos fallecidos que en tiempos difíciles se han destacado por su tenacidad y solidaridad al prójimo, como Ricardo Kelly, Rubén González, Francisco “Pachi” Vega, Pedro Godoy, que siempre han trabajado para el barrio y dejado un valioso legado.


La primera escuela de<la Formosa provincia

La directora de la escuela anfitriona, Mirtha Leonardini, fue la encargada de la bienvenida, y le señalo Insfran el dato histórico en que estaban en lo que fue la primera escuela creada en la Formosa como provincia, dato no, menor a poco justamente de celebrar el 63 aniversario de la provincializacion.
Aunque lamento el primer mandatario que “el peronismo proscripto no pudo ser protagonista de las elecciones de 1958”.
Narro el origen de la primear escuela de la ciudad, fundada por decreto provincial del 15 de abril de 1959 por el doctor Luis Gutnisky y habilitada el 8 de junio del mismo año. Una modesta casita que constaba de dos habitaciones y que se situaba a la vera del camino de acceso del antiguo balneario del Lote 4. Ejerció la dirección la maestra titular Ramona Peña de Bassi.
Fue el comienzo de la escuela provincial 17, actualmente la escuela 217 que en 1960 accediera a una nueva construcción en pleno corazón del barrio Bernardino Rivadavia. Solo las dramáticas inundaciones de los años 1979 y 1982 detuvieron el gran crecimiento de la institución.
La escuela apadrina por el Servicio Penitenciario U-10 cuenta con un amplio y moderno edificio que nos fue entregado por el señor gobernador Insfran el 7 de mayo de 2013, alberga además al CESEP 5 y la Escuela Secundaria 72


Los sueños hechos realidad

El joven Marcelo De los Santos memoro cuando por sorpresa una profesora del colegio les hizo sacar a todo el curso una hoja y una birome en una jornada donde no estaba anunciado ningún examen. “Nos dijo que escribiéramos cual era nuestro sueño, y sin dudas ese fue el examen más difícil: una pregunta tan simple pero con una respuesta que nos marcaria la vida”, afirmo. Conto que el sabia cual era su sueño, ser abogado, y sus dudas centradas en la condición humilde de su familia, una madre enfermera y su padre albañil.
“Pero hoy que curso el segundo año de abogacía, lo hago porque la educación pública y técnica gratuita me dio el título de maestro mayor de obra, y con mi papa albañil conformamos un equipo imparable”, expuso, para insistir en el valor de la educación pública que le dio una gran herramienta para estar en el camino de cumplir su sueño.
“Somos unos bendecidos al tener un gobernador que no solo nos convoca a los jóvenes a soñar, sino que nos da las herramientas para que esos sueños se cumplan”, subrayo, para finalmente exhortar a sus pares a “luchar por nuestros sueños, y los que ya cumplieron sus anhelos, ir por nuevos sueños con los ojos bien abiertos y los pies andando”.