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Cierre de programa para generar conciencia contra el trabajo infantil




En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemoró este martes, el ministro de la Comunidad, Aníbal Gómez, destacó el trabajo que desde las políticas gubernamentales se vienen llevando a cabo de manera ininterrumpida a través de la esfera de Niñez y Adolescencia del ministerio a su cargo.
Durante el acto cierre de este martes realizado en la plazoleta central de avenida 25 de Mayo y Rivadavia, Gómez  explicó que “es la culminación  de una serie de actividades desarrolladas durante un largo tiempo  en diferentes escuelas con los alumnos y los docentes para que se tome conciencia  acerca de la importancia de la erradicación del trabajo infantil.”
En ese sentido resaltó que se trata de un “trabajo muy importante que se viene realizando a nivel mundial y al cual se ha sumado nuestra provincia”, aunque estimó que en Formosa “no se han detectado casos  extremos.”, refiriéndose específicamente a los relacionados con la explotación infantil o trabajo esclavo.
Respecto de las tareas  que desde la cartera a su cargo se viene llevando a cabo, explicó  que se han detectado trabajos  de niños fuera de los supermercados, como el cuidado de motos o coches o limpian parabrisas en los semáforos  que están perfectamente detectados  y que “no están indicadas para niños.”
Recalcó además que “el trabajo infantil que nosotros perseguimos, que es ilegal y que hay que erradicar es  aquel que afecta la actividad normal de la infancia, que le impide la educación, que le impide jugar  y que lo afecta psíquica, moral y físicamente.”
En tanto aclaró que “un niño que ayude o colabore con sus padres  en las tareas de la casa, o inclusive en las actividades que le produzcan rentabilidad a las familias porque necesitan ganar dinero, y durante pocas horas a la semana, sin que esfuerce a su físico, no está mal  y lo alentamos porque el niño aprende a aportar lo suyo y a criarse en una cultura de trabajo y colaboración.”

Niños en situación de calle

Para recordar el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, instituido el 12 de junio por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), desde la Dirección de Niñez y Adolescencia se llevaron a cabo talleres de concientización y promoción de los derechos del niño en escuelas, entre otras actividades.
Así lo explicó la directora del área mencionada, Mónica Nogueira, quien advirtió que “el trabajo infantil tiene diversas características: puede ser un niño, niña o adolescente que está en la calle en situación de mendicidad, lo cual ya es un trabajo porque está pidiendo monedas y lo están excluyendo del hogar. Un niño que está cuidando, lavando autos,  o que está en los supermercados cargando las bolsitas de mercadería. O en el interior, por ejemplo, los chicos que trabajan en las cosechas o los paseros".
"Detrás de ese niño que está en situación de calle realizando un trabajo infantil hay una familia que lo excluye -alertó-. Una familia que lo obliga a trabajar o que lo hace a veces por iniciativa propia porque cree que está bien y el grupo familiar lo tiene como naturalizado".
Advirtió la funcionaria que "ese trabajo al niño le trae consecuencias en muchos aspectos, vulnerando sus derechos, por ejemplo a jugar, a la salud, a la educación, entre otros, sin dejar de lado que un chico que está en la calle se encuentra expuesto a muchos peligros como la trata, la droga, la violencia, las inclemencias climáticas, la deserción escolar, etcétera".
Nogueira expuso que para conmemorar la fecha "realizamos talleres de concientización y promoción de los derechos del niño en escuelas, empezamos en cuatro y terminamos en ocho establecimientos educativos de distintos barrios".
Los mismos "se centraron puntualmente en las consecuencias que acarrea el trabajo infantil y tuvieron un éxito total", remarcó, destacando que "estamos muy contentos porque los chicos participaron de un modo muy activo de todas actividades".
Expuso que “nosotros tenemos el Programa de Protección de Niños en Situación de Calle, que es el que detecta los casos y luego se empieza a trabajar con la familia, lo cual cuesta en algunos casos y en otros a la primera llamada lo entienden y cambian su actitud. El niño vuelve a ir a la escuela y nosotros nos ocupamos de inscribirlo y controlar que esté todo en regla”.