La Corrupción, maldad y engaño mediáticos se construyen con el silencio de los buenos
El pueblo argentino con mucha ilusión creyó en la promesa de campaña en el que ¨podíamos vivir mejor¨. Llevando adelante un plan de hipnotismo por intermedio de los medios hegemónicos que lograron cautivar el 51 % de la ciudadania. Con el transcurrir de los meses los argentinos comenzamos a despertar del cautivante hipnotismo mediático ante la cruda realidad que nos toca atravesar.
Lo llamativo es que en esta tremenda desilusión el pueblo y el peronismo continúan sosteniendo al presidente Mauricio Macri y su gabinete que no dejan de hacer promesas esperanzadoras, fundamentándolas con sonrisas y pedidos de confianza para lograr el camino a la pobreza cero.
En el camino maravilloso de espejitos de colores que nos promete nuestro presidente Macri, donde lo escuchamos asegurar que nos encontramos en los peores meses y que en éste segundo semestre conoceremos el paraíso terrenal en el cual el derrame económico neoliberal nos salpicara a todos. Pero, con el transcurrir de los días podemos comprobar que solamente fueron promesas electorales y este grupo selecto de iluminados CEO de CAMBIEMOS, son los únicos responsables del destino de todos los argentinos. Donde claramente nos engañaron a todos, y ellos, sin lugar a dudas representan a nuestra burguesía en general (empresarios petroleros y mineros, productores y comercializadores de granos y de carnes, idustriales, comerciantes, constructores, y banqueros que operan en la Argentina) que no son independientes, ni se identifican con nuestra soberanía y se subordinan al capital financiero mundial, de allí que, por un lado, no existe una estrategia de mediano – largo plazo y sí lo que presentan son negocios rápidos que los beneficia pero a costa de empobrecer el presente y el futuro del país, y en esa ideología política neoliberal es imposible contar con un proyecto nacional realmente federal.
En nuestro proyecto nacional y popular Justicialista nos encontramos hoy gobernados por la patria contratista, el modelo neoliberal y como peronista, debemos hacernos cargos de nuestros errores,(Jose Lopez y Otros) porque la corrupción si tiene ideología: y es neoliberalismo, el individualismo¨. Porque la militancia justicialista tiene una sola ideología y es: ¨trabajar en función del pueblo y defender un solo interés: ¨el del pueblo…¨
El caso Jose Lopez u otros indigna, genera un sentimiento inexplicable y al mismo tiempo entristece, porque utilizo la política para beneficio personal, dejando de lado la ideología Justicialista Peronista: ¨el desarrollo y la inclusión, y para nuestra doctrina Peronista: ¨primero esta la Patria¨. En esta concepción ideología en el cual se encarna el proyecto Justicialista en el cual nos sentimos identificados muchos jóvenes, y no tan jóvenes también, sabemos el rol que ocupamos los militantes y desde que lugar mejor nos desarrollamos para defender claramente un solo interés: ¨el del Pueblo de La Nación Argentina¨.
Estamos en una etapa donde se intensifica las sabias palabras del General Juan Domingo Perón, que decía: “No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina ni a nuestra ideología, somos lo que las veinte verdades peronistas dicen”. Hoy, como siempre, debemos tenerlas presente en nuestra conducta diaria, porque nos indican qué es el Justicialismo Peronista, cuál es la realidad que debemos cambiar, y a qué sector del pueblo debemos proteger bajo el centelleo del molde filosófico del que procedemos.
“Estas son las Veinte Verdades del Justicialismo Peronista. He querido reunirlas así para que cada uno de ustedes las grabe en sus mentes y sus corazones;para que las propalen como un mensaje de amor y justicia por todas partes; para que vivan felices según ellas y también para que mueran felices en su defensa si fuera necesario…” Juan Perón, 17 de octubre de 1950
La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: EL DEL PUEBLO
El Peronismo es esencialmente popular. Todo circulo político es anti-popular, y por lo tanto, no es peronista.
El peronista trabaja para el Movimiento. El que en su nombre sirve a un circulo, o a un caudillo, lo es sólo de nombre.
No existe para el Peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan.
En la Nueva Argentina el trabajo es un derecho que crea la dignidad del hombre y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume.
Para un Peronista de bien, no puede haber nada mejor que otro Peronista.
Ningún Peronista debe sentirse mas de lo que es, ni menos de lo que debe ser. Cuando un Peronista comienza a sentirse mas de lo que es, empieza a convertirse en oligarca.
En la acción política la escala de valores de todo peronista es la siguiente: primero la Patria, después el Movimiento, y luego los Hombres.
La política no es para nosotros un fin, sino solo el medio para el bien de la Patria, que es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional.
Los dos brazos del Peronismo son la Justicia Social y la Ayuda Social. Con ellos damos al Pueblo un abrazo de justicia y de amor.
El Peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea héroes pero no mártires.
En la Nueva Argentina los únicos privilegiados son los niños.
Un gobierno sin doctrina es un cuerpo si alma. Por eso el Peronismo tiene su propia doctrina política, económica y social: el Justicialismo.
El Justicialismo es una nueva filosofía de vida simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente popular.
Como doctrina política, el Justicialismo realiza el equilibrio del derecho del individuo con la comunidad.
Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del bienestar social.
Como doctrina social, el Justicialismo realiza la Justicia Social, que da a cada persona su derecho en función social.
Queremos una Argentina socialmente justa, económicamente libre, y políticamente soberana.
Constituimos un gobierno centralizado, un Estado organizado y un pueblo libre.
En esta tierra lo mejor que tenemos es el Pueblo.
Con las sabias verdades del general Perón, podemos apreciar a grandes luces que la corrupción si tiene ideología. Es un mal que práctica la política individualista, sin ideas pero con grandes intereses en defender a la oligarquía Argentina. Erradicacarla o reducirla a su mínima expresión es un desafío de época. Por eso debemos ser implacables en la lucha por la transparencia política e inflexibles en el castigo a los corruptos. Y en ese escenario es donde la maldad se concreta con el silencio de los buenos…