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Maravilla Martínez pasó por Formosa

Sergio “Maravilla” Martínez llegó ayer a Formosa para formar parte de una serie de actividades organizadas por la Asociación Formoseña de Box que preside Javier Massa. La primera de ellas fue una conferencia de prensa que se cumplió en el Auditorio de Editorial La Mañana, donde el excampeón de boxeo del mundo transmitió exactamente las mismas sensaciones que brotaban cuando subía a un ring, con mucha autoridad, claridad, actitud e inteligencia.

Además del presidente de la Asociación de Box, estuvo presente el presidente del Honorable Concejo Deliberante, Rubén Darío Di Martino y la Directora del Diario La Mañana, Dra. Claudia Bogado.
La frase con la que Sergio Martínez abrió su charla con los medios de prensa de Formosa es para hacerla gigantografía y colgarla no solo en todos los gimnasios de boxeo o en clubes deportivos. Vale para absolutamente todo: “No soy de los que creen que las cosas salen bien, soy de los que creen que se hacen bien”, dijo. Y la terminó decorando con un “básicamente lo mío fue boxear, así que ustedes son demasiado generosos conmigo, es un país maravilloso el que me ofrecen y un cariño y un amor que es increíble”.

Ya metido en el ida y vuelta con los medios de prensa, dejó ver que el cansancio que traía por haber viajado en auto desde Buenos Aires a Formosa, era tan vulnerable como lo fue Julio César Chávez Jr cuando el argentino le quitó el cinturón de campeón. Entonces se explayó para responder cada interrogante. Por ejemplo, cuando le recordaron que alguna vez se calificó como bicho raro: “Alguna vez dije que me siento un bicho raro en el boxeo y probablemente lo sea, es muy difícil, no digo que no pase, pero es difícil encontrar un boxeador que quiera ganarse la vida hablando después del boxeo o también durante. Yo hablaba mucho y probablemente fue por haber descubierto mi propia identidad, en el boxeo encontré mi identidad. En el barrio ya era raro, yo era muy callado, muy introvertido, no hablaba, no quería hablar con nadie pero cuando empecé a boxear me di cuenta que tenía un potencial en mí y eso abrió otras puertas. Se puede ser boxeador, se puede escribir un libro, se puede tener una banda, se puede hacer teatro, trabajar en televisión, se puede ser actor de cine, todo eso soy yo, además de boxeador y sé que no abunda, que no hay muchos boxeadores que hagan eso, por eso digo que soy un poco un bicho raro. Ni mejor ni peor, simplemente un bicho raro. Los boxeadores de por sí venimos de estratos sociales y culturales bajos, por lo general es muy difícil que un boxeador pueda romper sus propias raíces por la propia marginalidad, el boxeo está ligado a los estratos sociales y culturales muy bajos y es difícil romper esos lazos. Creo que lo estoy logrando y no hablo de chicos boxeadores amateur que hacen una carrera corta, hablamos de campeones del mundo y no sólo argentinos, de otros países. Yo viví 17 años en una villa, de eso no me olvido pero porque haya nacido y vivido en una villa no va a determinar la clase de persona que soy y no va a determinar la raíz cultural que vaya a tener con el correr del tiempo”. 

Diferenció el esfuerzo del sacrificio: “para mí nunca fue un sacrificio no salir un sábado o no juntarme con mis amigos, porque lo más importante para mí, durante la época de competencia, que fueron 20 años, lo más importante y lo más bonito en mi vida era justamente eso. No era un peso para mí todo eso. Me hubiera costado más si dejaba de lado el boxeo, eso sí hubiese sido un sacrificio. Salir un sábado yo sé que está bueno para los chicos y los no tan chicos también, para mí nunca fue un sacrificio no hacerlo, sí fue un esfuerzo porque tenía que hacer varias cosas cada día para superarme y ser alguien en el deporte y está bueno eso de saber diferenciarlo y que no te pese, que no tengamos esa sensación de carga. Si te gusta el deporte dale para adelante, se pueden alcanzar cosas increíbles, metas que uno quizás nunca se hubiese imaginado. Yo, gracias al deporte recorrí cerca de 50 países, una cantidad increíble de ciudades, viajar es una de mis pasiones y es algo que me lo brindó el deporte”.

Repasando su experiencia personal, recomendó que hay que tener sensatez para ver el camino: “Hay que darse cuenta para lo que uno sirve. Yo soy un futbolista frustrado, no jugaba bien al fútbol, tenía mis ganas pero el fútbol no era para mí y lo que le digo ahora a la gente, está bien, hay gente que quiere ser cantante, que quiere ser piloto de avión, bailarín clásico, pero tenés que darte cuenta que tenés 140 kilos y tenés 48 años, entonces va a ser muy difícil ahora ser bailarín clásico. Entonces hay que ser sensato y es lo que yo trato, tengamos sensatez, nos proponemos un sueño alcanzable y nos ponemos a trabajar”.

Sus metas en estas giras por el interior tienen que ver con pasarla bien: “aprendí que cuanto mejor me siento yo, más feliz se siente la gente que me va rodeando. Tengo un grupo de gente con la que me muevo y me doy cuenta que cuando yo disfruto y yo lo paso bien, la gente mejor se siente. El objetivo mío entonces siempre es ‘la voy a pasar bien’, a disfrutar y a tratar de decir a la gente lo que siente. Cuando uno le dice a la gente lo que siente, no sólo hay que decir lo que uno siente para lo malo, también hay que hacerlo para lo bueno, no soy partidario de esa gente que habla sin filtro, yo tengo filtro, hay que tener filtro. No me gusta la gente que te dice ‘te digo lo que tengo que decirte’ y te insulta en la cara y gratis. Eso no sirve. Entonces digo, bueno gente, les voy a decir lo que creo y lo que siento, así que si lo que yo digo puede hacer bien, es espectacular. A mí me hace bien pensar que yo puedo ayudar a la gente. Quiero que la gente lo pase bien, mi objetivo es pasarla bien yo para que lo pasen bien todos. Y también lo que hago recorriendo el país es dar las gracias porque me brindan un cariño hermosísimo, es recíproco, ustedes me brindan cariño y yo les doy las gracias”.

Charla con estudiantes de la EPET 7 del barrio Eva Perón









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