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La feligresía formoseña renovó su reconocimiento al padre Mariani

Con motivo de cumplirse este lunes 23 de octubre doce años de su fallecimiento, la feligresía local le rindió ayer un nuevo homenaje al padre Javier Mariani, tanto por la misión pastoral realizada en Formosa, como por la altruista labor que lleva adelante ininterrumpidamente la fundación Espiga que el mismo creara, con una misa celebrada en la parroquia San Luis Rey, donde descansan sus restos.

Este recordado sacerdote de la orden de los franciscanos capuchinos falleció el 23 de octubre de 2005 en Buenos Aires y posteriormente sus restos fueron trasladados a Formosa mediante los buenos oficios del gobierno provincial, para ser ubicados definitivamente en la parroquia San Luis Rey.

Por la misión pastoral realizada en Formosa, el padre Javier dejó huellas imborrables en los distintos lugares en que le tocó actuar, con desvelo, entrega y dedicación en los momentos difíciles de las inundaciones, de las visitas a los presos, las horas que le dedicaba a las personas con adicciones, enfermos y chicos de la calle, la apertura de escuelas y cooperativa de ladrilleros.

Su póstumo legado es la Fundación Espiga, creada por el padre Mariani, a cuyo frente se encuentra un discípulo del sacerdote, el ingeniero Eugenio Cruz, institución que trabaja silenciosamente en la problemática de las adicciones, en su sede de la calle Ayacucho al 1400.

La feligresía resaltó por ello también su agradecimiento al ingeniero Cruz, “por estar a su lado durante todo el tiempo de internación, cuidándolo día y noche, como también por haber trabajado junto al padre Javier en las casas de atención a los drogadictos que tenía en Buenos Aires como en la Fundación Espiga, cuya casa lleva precisamente el nombre de Paí Javier”, se indicó.



Es importante recordar que el traslado del padre Mariani a su definitiva morada, la parroquia San Luis Rey, tuvo lugar en el marco de una emotiva ceremonia religiosa de la que participaron el Obispo Diocesano de Formosa, monseñor José Conejero; el fray Luis Coscia, de la Orden de los Franciscanos Capuchinos –a la que pertenecía el recordado sacerdote-; el párroco local, Feliciano Ibarrola. También estuvieron conocidos referentes de la comunidad de San Luis Rey, como el fallecido Marcillo Leguizamón, entre otros.-