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Los mejores amigos de los animales


Esta es la historia de Winston, un cachorro de raza inescrutable, cuya oreja estaba infectada de larvas, producto de la infección de una herida. Se encontraba tirado en el fondo de una vivienda del barrio Simón Bolívar, de Formosa Capital, donde agonizaba abandonado por sus dueños (de quienes nada se sabe, aparentemente lo abandonaron a su suerte en ese lugar).En esa casa buscó un rincón donde pelear con la muerte hasta el último instante, hasta el último suspiro. Pero, como si esta crónica de este medio digital,fuera un cuento de hadas, lo cierto es que los dueños de casa, se percataron que Winston estaba ahí, maloliente, moribundo y sólo. En lugar de actuar como sus dueños, buscaron veterinarios (que en el Circuito Cinco, un sábado a la tarde es como querer encontrar una champaña helada en el Sahara), se comunicaron con sus familiares de Santa Cruz, para buscar soluciones posibles a la emergencia. Uno de ellos resolvió la cuestión.había que pedir ayuda a NARICES FRÍAS. Es así como tres jóvenes, se presentaron en el lugar, munidos de desinfectantes, antibióticos y jeringas; pero sobre todo, de un gran amor, para realizar la curación. Noralí Zárate es una de estas voluntarias, quién explicó a nuestro medio: "venimos a pedido de una vecina a curar a un perro avichado, que apareció, lo abandonaron. No importa la hora, ni el día tampoco. Nos encuentran en el facebook como NARICES FRÍAS, en el messenger nos hablan y ya está. Nos mandan una foto o simplemente publican en cualquier grupo, siempre hay voluntarias que están viendo el facebook y salimos a ayudar."
Este sábado 19 de agosto, estas jóvenes han salvado a Winston de una muerte lenta y dolorosa, tal vez mas por el sentir el abandono de quienes debían cuidarlo. Pero nos han salvado a todos, a la dignidad de nuestra especie, con este pequeño gran gesto que se repite silenciosamente, sin que nos enteremos, gracias al cual podremos miremos a los ojos e ir a dormir tranquilos porque aún, no todo esta perdido.